La ciudad del Camú ha sido siempre propicia a la celebración de fiestas de carácter cultural.
Por ello no fue nada de extraordinario que cuando la directiva de ‘‘cordialidad social’’ que rigió los destinos del ‘‘casino central’’ durante el año 1924, lanzó la idea de celebrar unos juegos florales, toda la sociedad vegana recibiera con júbilo dicho ofrecimiento.
Una vez que tomó posesión de su cargo la directiva, el vocal Lic. Gassó Gassó presentó ante compañeros la idea de la fiesta y el plan de la misma siendo aceptados inmediatamente. La directiva de cordialidad social estaba integrada por estos socios del casino: Ml. M Meléndez, Manuel V. Ramos G, Emilio Espínola, J. Gassó Gassó, Anselmo Brache, Aníbal Gómez, Ramón M. Calderón, Z. Héctor García, José De Js Castro & Silvestre Guzmán Hijo.
En el plan esbozado se hacía recomendación de celebrar la fiesta en unión de las sociedades locales la progresista y amor al estudio y al ser notificadas a dichas sociedades la idea, aceptaron gustosamente formar parte de la dirección de la fiesta proyectada, quedando por lo mismo bajo los auspicios de las tres sociedades la realidad de tal bellísima liga de espiritualidad.
Seguido se procedió a la formación del consistorio, constituyéndose de esta manera: Ml. M Meléndez, J. Gassó Gassó & Ramón M. Calderón, por le casino central; J. Ramón Gómez y Enrique Godoy por la progresista; M. Ubaldo Gómez hijo y T. R Calderón por amor al estudio.
Reunidos estos delegados procedieron a la elección del bufete directivo quedando constituido así: J. Gassó Gassó presidente; y Enrique Godoy vicepresidente; M. Ubaldo Gómez hijo tesorero; Ramón M. Calderón secretario y Ml. M Meléndez, T. R Calderón y J. Ramón Gómez vocales.
A su oportuno tiempo el consultorio Eligió para el cargo de mantenedor de los juegos florales a su compañero T. R. Calderón.
También el consistorio hizo elección de los diversos jurados que debían conocer de los trabajos que concurrieran a la lucha. Este festival fue considerado por todo el mundo como la más trascendental fiesta intelectual que se ha celebrado en la Republica en su época. A ella concurrieron ávidos de conquistar el triunfo, los más renombrados poetas y lo más celebrados prosistas del país.
Los números de trabajos recibidos al concurso alcanzaron a 271, quedando fuera de aceptación por Haver llegado tarde, unos 10 más. Si se toma en consideración que desde que se inició la fiesta, hasta que se cerro el plazo de admisión, el país entero estuvo bajo la fiebre política de las elecciones las primeras que celebraban para terminar con la oprobiosa ocupación militar norte-Americana, se comprenderá bien que ello tuvo que influir en la esplendidez de los juegos florales quedando sin embargo brillantes en toda la extensión de la palabra.
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