domingo, 12 de diciembre de 2010

Estamos criando vagos?... Por el Dr. César Mella (Psiquiatra)



Hay que llamarlos varias veces en la mañana para
llevarlos a la escuela.Se levantan irritados pues se acuestan muy tarde
hablando por teléfono o conectados a la Internet. No se ocupan de que su
ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver
con 'arreglar algo en el hogar'. Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles
'defectos' a sus padres a los cuales acusan a diario de que 'están
pasaos'. No hay quien les hable de
ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues
consideran que ya lo saben todo.
Hay que darles su 'semanal' o mesada de la que se quejan a diario porque
'eso no me alcanza'. Si son universitarios siempre inventan unos paseos de
fin de semana que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un
embarazo o habiendo fumado un pito de marihuana.
Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se aleja cada vez
más, pues aún el día en que consiguen un trabajo hay que seguir
man teniéndoles. Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias
urbanas que bien pudieran estar entre los 14 y los 24 años y que para
aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero
dolor de cabeza.
                  ¿En que estamos fallando?
Para los nacidos en los cuarenta y cincuenta el orgullo reiterado es que
se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían
que limpiar la casa; que lustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas
y repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de costura la ropa
que elaboraba nuestra madre o teníamos un pequeño salario en la Iglesia en
donde ayudábamos a oficiar la Misa cada madrugada.
Lo que le pasó a nuestra generacion es que elaboramos un discurso que no
dio resultado: '¡Yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo pasé!'.
Nunca conocieron la escasez, se criaron desperdiciando, a los 10 años ya
habían ido a Disney World dos veces cuando nosotros a los 20 no sabíamos lo
que era tener un pasaporte. El 'dame' y el 'cómprame' siempre fue
generosamente complacido y ellos se convirtieron en habitantes de una
pensión con todo incluido que luego queríamos que fuera un hogar. Al final
se marchan al exterior a la conquista de una pareja y vuelven al hogar
divorciados o porque la cosa 'se les aprieta' en su nueva vida.
Los que tienen hijos pequeños pónganlos los domingos a lavar los carros y
a limpiar sus zapatos. Un pago simbólico por eso puede generar una relación
en sus mentes entre trabajo y bienestar. Las hembritas deben desde temprano
aprender a lavar, planchar, cocinar para que entiendan la economía
doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.
La música metálica, los conciertos, la tele, la moda y toda la electrónica de la
 comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó. Estamos
compelidos a revisar por los resultados si fuimos muy permisivos o si sencillamente hemos
trabajado tanto que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las
domésticas y en un medio ambiente cada vez mas de formante.
Ojala que este mensaje llegue a los que tienen 'muchachos chiquitos' y a
los que todavia no pero tienen sobrinos o primitos o hermanitos pues ya los
abuelos pagaron la transición...

                                                                          Cesar Mella
                                                                            Psiquiatra

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