El ROSTRO REAL DEL COOPERATIVISMO DOMINICANO
El cooperativismo dominicano está integrado por unas 550 instituciones, las cuales agrupan en su seno a más de 800,000 asociados, afiliados en Asociaciones Cooperativas de diversas índoles y actividades, desde Servicios Múltiples de Ahorros y Créditos, Productores Agropecuarios, Procesadores de Frutas y Alimentos, Materias Primas, Distribuidores, Productoras de Artesanías y Manufacturas Rurales, Productos y Servicios, Pescadores, Escolares, Pequeñas y Medianas Empresas, Salud, Trabajadores de la Educación, Gremios Profesionales, Transportistas, Grupos Internos de Trabajadores de Empresas, entre otras.
La primigenia del cooperativismo en la República Dominicana se remonta a la década de 1940, cuya filosofía de la economía social nos llega a través de la Sagrada Orden religiosa de los Padres Scarboros, quienes difundieron y fomentaron por toda la geografía nacional la posibilidad de que los más carenciados y marginados procuraran la autogestión y la superación, a través de emprendimientos cooperativos, integrando a los vecinos y sus amigos de faena a la promoción de pequeños negocios, el fomento del hábito del ahorro, la eliminación de la usura y la motivación por el auto empleo
Aquella cimiente germinó en tierra fértil y los frutos hoy día han florecido bajo la llama del esfuerzo colectivo. El ahorro peso a peso unido a la persistencia y a la fecunda labor que junto a los acendrados valores de honestidad y pulcritud, han aquilatado en nuestras organizaciones un sello de garantía, calidad, confianza y solidez incuestionable ante las sociedades cooperativas y su entorno.
Los beneficios que reciben las familias, vecinos y las comunidades del entorno de nuestras Cooperativas, que es lo mismo que decir de una parte importante de nuestro país, no se han hecho esperar, cumpliendo con los principios que les dieron origen y que sustentan las mismas como entidades de bienestar común.
Participamos e intervenimos en la mayor parte de las actividades cotidianas de nuestros asociados, desde rigurosas campañas de educación formal e integral, formación de líderes, transferencia tecnológica, fomento de valores y principios ciudadanos, distribución de millones de útiles escolares, incentivos a la participación de la mujer en la conducción de nuestras organizaciones, integración de los jóvenes y la familia, inversiones millonarias en campañas de salud y red de distribución de medicamentos a bajos precios; distribución de alimentos esenciales de la canasta básica familiar a precios subsidiados, campañas de saneamiento de drenajes y focos de contaminación, fumigación contra plagas, reforestación en áreas frágiles, recolección de desechos sólidos; promoción de torneos deportivos y eventos artísticos, concursos literarios, ferias comerciales en las cuales nuestros asociados pueden adquirir efectos electrodomésticos, solares y la posibilidad de construir su vivienda, a precios razonables y financiados a bajas tasas de interés. En los momentos más difíciles de cada familia allí siempre llega la solidaridad y la seguridad de que ningún socio será desamparado. Y esto tiene un inmenso valor para nosotros.
Nuestras Cooperativas representan uno de los mejores ejemplos de prácticas democráticas y disciplina. Todas las decisiones y disposiciones tienen que ser sancionadas por los organismos de base de nuestras sociedades y quienes ostentan puestos de dirección, son llevados allí por votación mayoritaria y rotados acorde con la Ley, bajo fiscalización del IDECOOP.
Los tiempos han cambiado y en este mismo orden las leyes tienen que adecuarse a la realidad de hoy día, es por ello que consideramos de suma necesidad e importancia que nuestros Congresistas y el Superior Gobierno que dirige los destinos de nuestra Nación, nos aboquemos en lo inmediato al consenso y aprobación de una nueva legislación sobre fomento, supervisión y fiscalización del sector cooperativo dominicano, ceñido al marco de la economía social mediante la aplicación del Código Cooperativo, el cual tienda a fortalecer los mecanismos de control, vigilancia y buenas prácticas cooperativas.
Las opiniones aquí vertidas no nos impedirán sancionar con todo el peso de la legislación actual y de las decisiones emanadas por nuestros tribunales ordinarios, a cualquier persona que haya actuado a título individual o colectivo y fruto de violaciones jurídicas haya incurrido en deleznables prácticas de deshonestidad, falta de principios y operaciones al margen de las disposiciones emanadas por el organismo rector del sector de la economía solidaria que es el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP) y de las Leyes No. 31/63, 127/64 y 72 – 02, así como la orquestación de planes adversos al avance del cooperativismo, en coincidencia con intereses mezquinos propiciados por organismos internacionales
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Vega Real
Grande y Confiable
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